miércoles, 14 de abril de 2010

En busca del patrimonio perdido "Caso Patterson"


Tomado de blog "la Silla vacia"

"El caso patterson"
El tráfico ilegal de bienes culturales es una de las peleas que hoy enfrenta Colombia en Alemania. En Munich se encuentran cerca de 100 piezas precolombinas que el Gobierno quiere repatriar y que actualmente son propiedad de un coleccionista: Leonard Patterson.
Fotos: Ministerio de Cultura e Icanh.

Ahora que comienzan las celebraciones del Bicentenario, Colombia ha descubierto que muchas piezas simbólicas de su historia precolonial andan esparcidas por el mundo. Y que, además, su repatriación es prácticamente imposible. El ‘caso Patterson’ es un buen ejemplo.

Todo coménzo hace un par de años. El 9 de abril de 2007, el subdirector de la Policía Internacional (Interpol) le envió al Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh) unas fotos de piezas precolombianas que se estaban exponiendo en Santiago de Compostela, España, en un show llamado “La Cultura en el tiempo América Pre-Hispánica”. El Teniente Coronel Cova que envió la comunicación quería saber si alguna de esas piezas habían sido exportadas ilegalmente y si eran patrimonio cultural colombiano.

Esta colección de 1.030 piezas, que comenzó su gira en Europa desde 1997, es de Leonard Patterson, un costarricense famoso por sus colecciones de piezas precolombinas y por traficar animales exóticos.

En algunos lugares esta colección fue criticada en los medios por tener piezas falsas, y por eso, cuando iba camino a Alemania en busca de una nueva exposición a principios de 2010, la Interpol decomisó las piezas y las puso bajo su custodia. Por eso, este año el ‘caso Patterson’ revivió en Colombia cuando la Interpol contactó al Icanh para preguntarle nuevamente si Colombia tenía interés sobre estas piezas precolombinas de barro y oro.

El 'caso Patterson' ha desatado un proceso kafkiano entre las entidades responsables del patrimonio nacional que ha puesto en evidencia que Colombia, a pesar de las campañas de prevención del Ministerio de Cultura sobre el tráfico ilegal de precolombinos, no está lista para dar la pelea por su patrimonio en la esfera internacional. Además de Patterson, Colombia enfrenta casos similares en Francia, Dinamarca, España e Italia.

El lío de la repatriación

Colombia ya contrató un abogado para llevar la defensa judicial del 'caso Patterson' en Alemania, pero los funcionarios del Icanh y del Ministerio de Cultura están escépticos sobre el éxito de la repatriación.

Por un lado, probar que las piezas han sido extraídas ilegalmente de Colombia es un reto procesal difícil. El abogado tendría que probar en qué circunstancias fueron extraídas las piezas, en qué año, e identificar los actores involucrados. Esta argumentación se vuelve aún más difícil cuando las piezas están en Alemania, lejos de los ojos de los arqueólogos colombianos. Ellos no sólo tendrían que determinar la autenticidad de las piezas a través de un peritaje oficial, sino probar que fueron robadas de Colombia.

Además, los funcionarios del Ministerio de Cultura le dijeron a La Silla Vacía que la Convención de la Unesco que regula el tema es muy vaga y general y no establece los procedimientos precisos para hacer las reclamaciones por tráfico ilegal de arte.

Aparte de los problemas probatorios, están los problemas de plata. El Ministerio de Cultura de Colombia no cuenta con un 'rubro de repatriación' que permita sacar el dinero para costear la defensa judicial y el análisis técnico del caso. Es decir, no hay un presupuesto específico para este tipo de casos internacionales donde se requiere pagar abogados y además un peritaje sobre las piezas.

En Colombia, el abogado alemán contratado por cinco meses le cuesta al país 15 mil euros y el peritaje 16 mil euros. Sería un monto pequeño, dado que, según el Icanh, Colombia tiene interés directo sobre más de 100 piezas del caso Patterson cuyo valor patrimonial es invaluable. “Estamos definiendo los procedimientos a seguir y de dónde sacar los recursos”, dijo Luz Amparo Medina, funcionaria de la oficina de Relaciones Internacionales del Ministerio de Cultura a La Silla Vacía. “Este es un tema muy sensible para el Ministerio”.

Según el Ministerio, los costos del peritaje los debería asumir el Icanh por ser la autoridad experta en el tema, mientras que la Viceministra de Cultura define con el Canciller de dónde deberá salir el dinero para la defensa judicial del proceso.

“La Cancillería contrató una consultoría para diagnosticar los escenarios de repatriación posibles que tiene Colombia”, dijo Medina a La Silla Vacía. Explicó que el 'caso Patterson' los ha puesto a pensar sobre cuántos casos más habrá parecidos. Por esto, están esperando el diagnóstico de la consultoría para hacer un presupuesto de repatriación y definir cómo cubrirlo. Pero, hay un problema adicional.

Los bienes de patrimonio arqueológico, como son las vasijas, joyas y demás objetos del 'caso Patterson', son protegidos constitucionalmente por su valor histórico y cultural. Al ser bienes de la nación, no se pueden comerciar, lo cual le pone otro escollo a los casos de repatriación internacional.

En muchas oportunidades, si se gana la repatriación de los bienes hay que indemnizar al tenedor de buena fe por la pérdida de la reliquia y esto actualmente estaría prohibido por nuestra Constitución porque equivaldría a comprársela; implicaría ponerle un valor comercial a un bien patrimonial. Entonces, queda un cabo suelto en la esfera judicial que habría que remediar ante estos eventuales casos.

Mientras Colombia logra salir de este laberinto legal y prueba que las piezas son originales y que fueron extraídas ilegalmente del país, las piezas seguirán bajo la custodia del Tribunal Administrativo de Munich. Y Patterson –no Colombia,- seguirá siendo el titular de los objetos.




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